Pilates Adaptado: moverse desde otro lugar
En mi recorrido dando clases, muchas veces me encontré con personas que llegaban con molestias persistentes, dolores en la columna, lesiones o alteraciones posturales. Al comienzo sentía que no tenía suficientes herramientas para acompañar esas necesidades, y fue entonces cuando decidí profundizar mi formación hasta llegar a la especialización en Pilates Adaptado para Alteraciones Músculoesqueléticas.
Este camino me abrió una perspectiva que me apasiona: poder ofrecer prácticas que se ajustan a cada cuerpo, a cada momento, y que realmente hacen la diferencia. El Pilates Adaptado no busca la perfección de la forma, sino crear un espacio seguro y accesible donde moverse sea posible, amable y efectivo.
En paralelo, también me formé en Yoga con orientación terapéutica, con perfeccionamiento en anatomía —sobre todo de columna— y en adaptaciones de asanas para personas con patologías de columna o alteraciones posturales. Esa mirada complementa y enriquece mi trabajo, porque me permite integrar recursos del yoga en el acompañamiento de quienes necesitan cuidar su cuerpo de una manera más respetuosa y consciente.
Con el tiempo fui viendo cómo muchas personas lograron algo tan valioso como vivir con menos dolor, recuperar movilidad y confianza en su cuerpo, e incluso reducir el uso de analgésicos. Ese feedback es profundamente gratificante y confirma por qué elegí este enfoque.
El Pilates Adaptado (y también el Yoga adaptado desde una mirada terapéutica) son, para mí, herramientas de cuidado y presencia:
Permiten adaptar cada ejercicio o postura según la necesidad de la persona.
Favorecen una práctica sostenida en el tiempo, sin exigencias ni riesgos.
Invitan a reconocer que moverse es posible, aun con limitaciones, y que cada cuerpo puede encontrar su manera.
Este espacio es para quienes buscan acompañar a su cuerpo con respeto, desde un lugar sensible y realista. Porque moverse con conciencia no solo alivia tensiones, también nos devuelve presencia y calidad de vida.
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Nos leemos en la próxima pausa...
Con cariño,
Lu